jueves, 25 de agosto de 2011

Pollo a la BramboracK.

Aunque el verano ha tenido este año de todo, hemos viajado desde España a Croacia pasando por Chequía y hemos hecho escala en Francia, Bosnia, e Italia, para no aburrir a nadie con el cuento de mis vacaciones me limitaré a contar, lo acontecido en los Cinco de Bohemia celebrados entre el tres y el siete de agosto en Novy-Bor, en la Republica Checa (a su norte).

La competición empieza con una carrera larga en un plano que te pone a prueba tanto en lo físico como en lo técnico y en el que el trazador hace discurrir la carrera por dos ámbitos bien distintos: laberínticas y por tanto lentas zonas de piedras y cortados, y un bosque más o menos limpio que consecuentemente permite un tránsito bastante más célere. Sin fallos de importancia mantengo un ritmo alto hasta que el calor excesivo y la elevada humedad relativa me dejan literalmente seco y he de abandonar. La “pájara” y los calambres me durarán todo el día.

El segundo día, después de esforzarme mucho en una buena rehidratación, me levanto con las piernas duras como piedras pero mucho más entonado de lo que cabría esperar a la vista de las pésimas sensaciones físicas (mareo incluido) con las que acabe el primero. Mapa, contiguo al anterior, y trazados, bosque más limpio y controles menos técnicos, permiten desarrollar una carrera rápida y fluida, no demasiado exigente con el músculo, que facilita que crezca la confianza, mejoren los resultados y algo de recuperación física. Importante: No cometo grandes fallos.

Tanto han mejorado las sensaciones que me decido a participar a media tarde en el Microsprint (o para ser más exactos en un sprint más corto de lo normal). Tanto han mejorado las sensaciones que consigo, con una carrera muy rápida y sin fallos, el segundo puesto en mi categoría.

El tercer día volvemos al plano en el que corrimos el primero, o lo que es lo mismo, volvemos a la parte más técnica del bosque, la de las piedras, para correr la única media programada en la competición. El trazado hace divertida una carrera que repite espacios ya recorridos el primer día y que consecuentemente con ello resultan (quizá) demasiado reconocibles. Esa “facilidad” y que según pasan los días voy encontrándome más fuerte, hacen que empiece a buscarme entre los dos primeros tercios del rol de clasificación. Importante: Sigo sin cometer grandes fallos.

Todo empieza a ir bien y la recuperación total es ya casi un hecho. Sin embargo no me animo a disputar el World Orienteering Beer Championship. (También para no minorar las posibilidades de otros equipos amigos a quienes de haber estado con fuerzas suficientes les hubiera dado yo lo suyo y lo de su prima)

En la cuarta de las etapas vuelta al plano del segundo día. Incluyendo alguna piedra más pero con la misma concepción general el trazador vuelve a plantear una carrera más rápida que técnica y un par de problemas de elección de ruta bastante interesantes. A estas alturas las piernas ya casi no me duelen y el corazón bombea con mucha más ligereza que lo hacía en días anteriores. Sigo en clara progresión en lo que a los resultados se refiere. Importante: ¿Fallos? ¿Qué fallos?.

El quinto día esto se acaba y para celebrarlo los bohemios nos trasladan a un plano nuevo. En mi humilde opinión los bohemios nos trasladan al terreno y los trazados más divertidos de toda la semana. Zona de grandes humedales, el terreno tiene su aquel debido a que se ha pasado toda la tarde y la noche anteriores lloviendo y no deja de hacerlo durante la carrera y lo que podría haberse pasado algo más rápido un día antes hoy es, muchas veces, imposible de pasar: es necesario pensar mucho a la hora de elegir buenas rutas. No hago grandes fallos pero los pequeñitos son frecuentes. Importante: He sobrevivido muy dignamente.