Entre pasar calor corriendo en el semidesierto (tomo prestado el concepto una vez más y van... muchas) y tumbarse a la bartola en la playa frente a un mar arrebatador, calmo y precioso, mi mujer y mis hijos, es obvio, eligen la segunda de las opciones. Yo, ¿es obvio?, elijo la primera.
El caso es que el sábado después de la carrera, al volver yo a Alicante que es allí donde nos alojábamos, mi hijo Jorge me preguntó ¿Papá porque prefieres ir a correr a quedarte con nosotros en la playa?.
Llevo desde entonces buscando una respuesta pero ninguna cuaja.
¿Por qué prefiero ir a correr a estar con mi familia?
El caso es que el sábado después de la carrera, al volver yo a Alicante que es allí donde nos alojábamos, mi hijo Jorge me preguntó ¿Papá porque prefieres ir a correr a quedarte con nosotros en la playa?.
Llevo desde entonces buscando una respuesta pero ninguna cuaja.
¿Por qué prefiero ir a correr a estar con mi familia?
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