martes, 24 de enero de 2012

Sonrie.

Después de tres semanas sin poder entrenar, tras rodar ayer algo más de 12 kilómetros sin poder contenerme, hoy no me puedo ni mover: las agujetas me alcanzan hasta el corvejón partiendo desde detrás de las orejas. Lo bueno es que me vuelvo a sentir antes deportista que oficinista, antes corredor que muermo, antes orientador que primo. (Y además, ¿sólo lo siento yo que tenga algo de masoquista o hay algo de placentero en las agujetas?).

En fin ¿qué más decir?, que hay que ponerse a entrenar duro porque se nos echa el tiempo encima (el próximo sábado empieza ya la liga autonómica) y que una vez más termino concluyendo que sólo un poco de aquello con lo que de verdad disfrutas pesa infinitamente más que todos los gajes del oficio.

¡¡ Chipirón, todos los días sale el sol !!.

No hay comentarios: