Después de unos cuantos días alejado de este mi Blog, como consecuencia de mi temporal y voluntario alejamiento de la orientación a su vez consecuencia de la necesidad y conveniencia de distraer el cuerpo y el alma con otros tipos de calistenia (ejercicio y entrenamiento no han faltado) aquí me hallo presentando ánimos lo suficientemente oreados como para afrontar todo lo que, desde ya, la orientación me traiga y... como no... contarlo.
Y empezando por lo más próximo, el Campeonato del Mundo de Veteranos porque nos vamos, ya cuento los días, a Neuchâtel.
No hace falta que diga que al WMOC voy de vacaciones. No está entre mis objetivos alcanzar un determinado “Top”: hasta tal punto no llegan ni mi persistente enajenación mental ni mucho menos mi actual estado de forma técnica porque ya digo que no he tocado un plano desde hace casi un mes.
O dicho de otro modo, si hubiera de marcarme algún objetivo ese sería el de no quedar entre los quince últimos de mi categoría (¿Qué cutre, no?)
Eso sí, espero, wi-fi mediante, poder contaros la experiencia, que para mi eso de correr junto a otros cuatro mil y pico corredores es cosa que va a ser nueva.
Os juro que ya tiemblo de emoción.
Y empezando por lo más próximo, el Campeonato del Mundo de Veteranos porque nos vamos, ya cuento los días, a Neuchâtel.
No hace falta que diga que al WMOC voy de vacaciones. No está entre mis objetivos alcanzar un determinado “Top”: hasta tal punto no llegan ni mi persistente enajenación mental ni mucho menos mi actual estado de forma técnica porque ya digo que no he tocado un plano desde hace casi un mes.
O dicho de otro modo, si hubiera de marcarme algún objetivo ese sería el de no quedar entre los quince últimos de mi categoría (¿Qué cutre, no?)
Eso sí, espero, wi-fi mediante, poder contaros la experiencia, que para mi eso de correr junto a otros cuatro mil y pico corredores es cosa que va a ser nueva.
Os juro que ya tiemblo de emoción.
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