El sábado desde nuestro alojamiento en Almendricos no vamos a correr a Las Alquerías, bonito emplazamiento en la Sierra de Espuña al que accedemos pasando por Aledo desde Totana. De allí, dirección Murcia primero, Cartagena luego, y más tarde San Javier, nos vamos a comer a Los Alcazares, donde además pasamos la tarde. Desde allí, lánguido ya el día, de vuelta al lugar de pernocta atravesando un poco de Almería en rededor de Pulpí. El Domingo de nuevo a las Alquerías pero ese día preferimos comer en Aguilas a la que saltamos desde la inmensa Lorca. La aguileña playa de poniente nos mece en la siesta y nos ofrece merienda. El retorno al nido del cuco lo hacemos, esta vez, camino de los Arejos, Pozo de la Higuera, y La Campana. El Lunes, ese día la brisa oceánica lleva atada un tul de luz del mismo color del mar, el arenal elegido es el de San Juan de los Terreros que nos cocina un sabroso arroz y nos despide, seguro que hasta pronto, lanzándonos un fresco ramo de espumas de mar. El cielo se acicalaba de naranja satén para recibirnos en Getafe, Madrid.
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