lunes, 26 de octubre de 2009

Cosas de niños.

El sábado pasado tocó microsprint en el parque nuevo de Pradolongo.
Interesante modalidad competitiva ésta del microsprint que divierte mucho y presenta no pocas dificultades técnicas: principalmente, que has de pensar rápido y concentrarte mucho porque las carreras duran muy poco, entre los nueve y los doce minutos aproximadamente, y que se corre sin descripción de controles y por lo tanto sin conocer los códigos de las balizas, por lo que la precisión es fundamental.

O dicho de otro modo cualquier mínimisimo error te deja sin opciones a ganar y, aún incluso, a obtener un buen puesto en la clasificación.

Los del Imperdible lo organizaron (muy bien) de manera tal que primero se corría una carrera de clasificación, luego la Final A (los tres primeros de cada categoría) y por último la final B (el resto).

La carrera de clasificación no me sale redonda pero sí lo suficientemente rápida como para clasificarme para la final A (no, no es broma... tengo testigos) en la que la inexperiencia en salidas en masa me lleva a la desconcentración y ésta a cometer un fallo en la primera baliza que, claro está, me deja sin posibilidades de competir por la victoria. Y como soy un “fiebre” de esto y me dan la oportunidad de hacerlo pues me “aprieto” también la final B que es de las tres la que más rápido hago.

Lo mejor de todo: que me he divertido mucho.

Lo peor: que en ningún momento de la mañana termina de abandonarme la imagen de mi hijo Jorge (ya muy recuperado afortunadamente) con ese “escayalón” que le han puesto.

Jorge: te quiero.


Aquí os dejo el plano del parque con mi recorrido (cada uno teniamos el nuestro) en la final A.

No hay comentarios: