miércoles, 20 de febrero de 2013


El sábado se hizo realidad la peor de mis pesadillas, no esa que consiste en que me veo obligado a salir a la calle desnudo tapándome mis vergüenzas en virtud de estirar muy mucho, bueno, ejem... la verdad es que no tanto, lo único que llevo encima: una camiseta en la que se puede leer “I love Rajoy”; tampoco esa en la que me enrollo con Charlize Therón* en plan, bueno, en plan... (no puedo escribirlo que esto lo lee mi mujer); ni esa, tan recurrente, en la que descubro que todavía me queda por aprobar un examen para terminar la misma carrera que yo creía haber acabado hace ya, ay, casi un cuarto de siglo. No ninguna de esas. La pesadilla que se hace realidad es esa en la que en mitad de una carrera de orientación me doy cuenta de que no llevo plano. Como lo lees. La dermatitis y el frío me obligan a llevar guantes, y ya se sabe que los gatos con guantes además de verse imposibilitados para cazar ratones pierden los mapas. Pura cuestión de insensibilidad. Me pasa en un tramo claro, rápido, y de orientación muy somera, así es que cuando me doy cuenta de que lo he perdido ya hace rato que he dejado de mirarlo y por eso no sé cuánto tiempo hace que lo extravié. Pienso en echarme a llorar como un niño lo que no he sabido conservar cómo los berberechos, pero supongo que por mero instinto competitivo, en lugar de eso me pongo a buscarlo. Me vuelvo sobre mis pasos y cada mancha blanca que encuentro porque abundan los restos de nieve del tamaño de... un plano doblado... me parece que es el papel que busco... puta nieve....

El episodio terminó bien porque terminé encontrando el plano, si bien y como no podía ser de otra forma, sobre la boñiga de vaca más grande y ¡¡¡¡reciente!!! de cuantas adornaban el monte.

Espero que ya no se me hagan realidad más pesadillas pero por si acaso voy a tirar la camiseta esa que... me encontré, dedicada a D. Mariano.

*Seguro que todos estaréis pensando que la ensoñación de enrollarse con Charlize Therón no puede considerarse una pesadilla. Para vuestra información os diré que con la Charlize Therón que yo me enrollo en mis sueños no es la portada del Vanity Fair, no hijo no, es la protagonista de Monster.

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