Intentar no confundir al COB con el COV; no confundir a Patiño Deniz, Carmen con Patiño Deniz, Nicolás ni a este con Patiño Pérez, Cristóbal; o a Martín de los Ríos de la Rubia, Silvia con Martín de los Ríos de la Rubia, Daniel (Moooooooonstruuuuuuuo), ni con Martín de los Ríos Rodríguez, Luis y tampoco a éste con Martín Albo-Rodríguez Escalona, Ana. No mezclar los dorsales del Fin Helsing Suunis, del Fin Helsing Suunistajat y del Fin Kuopion Suunistajat; discernir de los ¡¡cuatro!! dorsales que correspondían a cada uno de los, siempre superlativos, niños bomba cuál era el de la larga, cuál el de la media, cuál el del sprint, y cuál el de los relevos; empeñarse en hacerle entender a un tozudo sistema informático que, por orden alfabético, el Codan Extremadura queda detrás del COC y no a la inversa, o en entender yo porque es tan difícil entender, que sí, que de verdad es imposible seguir saliendo a la misma hora si uno cambia de categoría diez minutos antes de que llegue su hora de salida; afanarse en comprender a un Noruego que sólo habla noruego pero que chapurrea un francés del que yo no tengo sino nociones básicas (eau, papillon, cheavaux, caffe au lait, etc...) que me trata de explicar que el WC no traga productos sólidos (y, ay, me lo hace entender “in situ”)...
El CEO politico-administrativo también ha sido muy duro en lo físico y en lo técnico.
El CEO politico-administrativo también ha sido muy duro en lo físico y en lo técnico.
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