Ayer entrenamiento nocturno de orientación (ENO) en el centenario, en muchos sentidos excelso (imposible pensar que se asienta sobre lo que era el mayor vertedero de basura de Madrid a principios del siglo pasado) y siempre acogedor Parque del Oeste de Madrid, con tres recorridos, iniciación, experto, y “en ventana”, más exigentes (3.300, 5.400 y 5.300, o algo así porque escribo de memoria) en lo físico que en lo técnico. El curro lo pusieron José y Rodrigo Estraviz (no hay día en que la familia Estraviz no demuestre su pasión por nuestro deporte) a quienes ayudó un servidor diseñando los trazados e instalando balizas.
Es muy de agradecer que la asistencia a estas sesiones sea tan numerosa como la de ayer y que se acerquen a correr (aunque alguno luego no lo haga) tantos “buenos” que además no tienen ningún inconveniente en echar una mano.
A ver si me quito este maldito catarro que llevo pegado porque Bustarviejo anuncia desniveles muy, muy, muy, duros.
Es muy de agradecer que la asistencia a estas sesiones sea tan numerosa como la de ayer y que se acerquen a correr (aunque alguno luego no lo haga) tantos “buenos” que además no tienen ningún inconveniente en echar una mano.
A ver si me quito este maldito catarro que llevo pegado porque Bustarviejo anuncia desniveles muy, muy, muy, duros.