Somos siete y entre todos sumamos
la suficiente edad como para peinar una montaña de canas (alguno ya, peinar, lo que se dice
peinar, no puede peinar nada) pero desde luego no tanta como para no sentirnos como
niños con Nintendo nueva ante nuestro, salvo en el caso de la sección nórdica
del equipo, nuestro, nuestro, primer Jukola. Se nota en el brillo de fondo de
nuestras miradas ya casi cansadas que esto nos hace ilusión, que lo ansiamos,
que nos da la vida, vamos. Al pie del plano utilizado hace dos años, ya digo
tenemos un madrisueco en el equipo que entonces estuvo allí (He was there), mientras
tratamos de extrapolar los problemas qué nos podemos encontrar y aprendemos qué demonios
simbolizan los distintos tipos de rayados azules (la conclusión que sacamos es
que habremos de atar bien nuestras zapatillas para pasar por alguno de ellos),
no podemos reprimir esas sonrisillas nerviosas que nos delatan como de corazón
infante a pesar de la ciática, las gafas (Planos 1/15.000, no gracias) y las
rodillas cascadas.
No hace falta que te diga quienes
somos, este fin de semana, bien en Madrid, bien en Becerril, o en Chiloeches
(sí también estamos un poco locos), o en Burgos, nos reconocerás por nuestra
cara. Somos esos de la sonrisa de oreja a oreja, esos con cara de estar, a la
vejez viruelas, cumpliendo un sueñ-o.
5 comentarios:
suerte!
¿Tengo riesgo de sufrir el hachazo Nogueira?
allí nos veremos dándolo todo!
gacela
A este paso va a ser el español la lengua más hablada este fin de semana en Jämsä... ;-)
Mucha suerte y a disfrutar como nunca!!
Para nosotros esa noche supuso un antes y un después como orientadores!
Un abrazo!
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