Tres meses en veinte líneas.
Dos infecciones de garganta, una par
de fiestones (aquellas íntimamente relacionadas con estos, mucho me temo); lo
que iban a ser quince días de parón pasan a ser treinta; la ciática, la maldita
ciática; un mal gesto jugando al paddle; doce días de playa; dos litros de cerveza
... al día; once días en Hungría; mil miligramos de paracetamol y seiscientos
de ibuprofeno; sólo gracias a los fármacos, dos días de carreras en Veszprem; sólo una
rozadura en el talón pero la madre de todas las rozaduras; un host-ón; un buen
rato grogui; dos puntos; una costilla rota; ni se sabe la de moratones; un montón
de dolores; seis semanas parado según el pronóstico médico; algo de miedo; otros
nueve días de playa; cuatro paellas; dos películas en el cine de verano; algún
que otro polvete; cinco días después del accidente ya voy tirando (despacio y
en la playa pero voy tirando); no todos los entrenamientos que hubiera
necesitado; cuatro días en mujer y deporte; trescientos treinta y cinco días
hasta las próximas vacaciones; ocho días en el Cerro de los Ángeles; diez
cuestas; cincuenta kilómetros; veinte series; ni un pu-o euro en la lotería
primitiva; otros tres días en Cuenca (Hoz Somera, ¡¡¡una pol-a somera!!!!); una
almendra amarga; y, flipo, ¡¡¡¡¡¡una victoria!!!!!,
tres semanas después de aquella costilla rota.
Mil millones de gracias por su apoyo “logístico” y sobre todo por su siempre cariñoso respaldo moral, a las
familias Barcia-Belinchón (cuánto os quiero a todos, chicos), De Miguel-Armisen
(mis queridos anfitriones), Prieto-Del Campo, y Minguez-Saoner; sin ellos cerca, este verano hubiera tenido mucho de invierno. Quedo en deuda con todos vosotros (aunque espero que no la consideréis muy alta que ya sabéis que trabajo en el sector inmobiliario... ;-)
Dedicado a Alvaro Prieto y a Competencia
de Runoway. Al primero por animarme a escribir, al segundo por inspirarme al
hacerlo.
1 comentario:
Lo prometido es deuda.Muy buena entrada! Un abrazo y nos vemos en Arganda ;)
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