Estimada orientadora de Elite:
Queremos que sepas que sentimos mucho haberte hecho perder ese valiosísimo segundo que te hicimos perder en la línea de meta. Nuestra corta edad, acabamos de cumplir siete añitos, nuestra inexperiencia en carreras “de verdad” (hasta ayer sólo hacíamos el correlín), el fragor de la gente que nos animaba en el sprint final, y, sobre todo el hecho de que venias por detrás y no tenemos ojos en el culito, nos impidieron darnos cuenta de que de las tres estaciones instaladas en la meta tu te tirabas a la misma exacta que lo hacíamos nosotros... (jo qué mala suerte...) y que te molestábamos al picar.
También queremos que sepas que sentimos mucho haberte hecho enfadar tanto y que te perdonamos por habernos gritado a nosotros y haber hecho ese gesto tan feo a mi padre... el pobre sólo trataba de disculparse... la culpa es sólo nuestra... no volverá a pasar...
¿Nos perdonas tú a nosotros?
Queremos que sepas que sentimos mucho haberte hecho perder ese valiosísimo segundo que te hicimos perder en la línea de meta. Nuestra corta edad, acabamos de cumplir siete añitos, nuestra inexperiencia en carreras “de verdad” (hasta ayer sólo hacíamos el correlín), el fragor de la gente que nos animaba en el sprint final, y, sobre todo el hecho de que venias por detrás y no tenemos ojos en el culito, nos impidieron darnos cuenta de que de las tres estaciones instaladas en la meta tu te tirabas a la misma exacta que lo hacíamos nosotros... (jo qué mala suerte...) y que te molestábamos al picar.
También queremos que sepas que sentimos mucho haberte hecho enfadar tanto y que te perdonamos por habernos gritado a nosotros y haber hecho ese gesto tan feo a mi padre... el pobre sólo trataba de disculparse... la culpa es sólo nuestra... no volverá a pasar...
¿Nos perdonas tú a nosotros?
Fdo.: Jorge y Enrique Barcia.
(Futuros corredores de Elite -esperamos- que hoy sólo son niños muy, muy, inexpertos)
2 comentarios:
Soy Berta Meseguer. La corredora de élite de la historia. Lo siento muchísimo. A veces estamos enfadados, nos comportamos irracionalmente y hacemos cosas que no deberíamos. Nada justifica mi comportamiento, lo único que puedo hacer es pedir perdón a los niños y a sus padres. Lo siento mucho, de verdad.
Muchísimas gracias por tus cariñosas disculpas, Berta. No sabes lo que admiramos, niños y mayores, el gesto que has tenido escribiéndonos de manera tan amable. A Jorge y a Enrique ya les he explicado que eso es un ejemplo de deportividad que quiero que sigan y no olviden nunca. Los niños te mandan un besazo.
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