El incipiente verano de Madrid no deja gestar ninguna duda: hace un calor de tres pares de coj... (espacio dedicado a la autocensura patrocinado por doña tibieza y doña mojigatería). El anterior fin de semana en Peguerinos la sierra, plena y distante, consigue desbaratar el maléfico plan del Doctor Infierno consistente en freír a todo aquel incauto deportista que ose entrenar en horario fuera de la madrugada, pero este finde en El Pardo, el señor Lorenzo, despiadado e insufrible, aliado con una vegetación tan seca como abundante plena de toda suerte de cardos (mariano, setero, yesquero, corredor, estrellado, borriquero) nos somete al paradigma de la muerte lenta.
La orientación como el tiempo. En tierras abulenses, pacifica, divertida, resultona, y apacible. En la Cuenca Alta del Rio Manzanares, agotadora.
Ahora toca dejar estar los entrenamientos (pero sin pararlos) para llegar a Chequia no en punta pero tampoco desafinados y empezar a pensar en que tras la Bohemia habrá que tomarse un, no sé si merecido pero sí seguro necesario, descanso.
Nos vemos en la pisci.
La orientación como el tiempo. En tierras abulenses, pacifica, divertida, resultona, y apacible. En la Cuenca Alta del Rio Manzanares, agotadora.
Ahora toca dejar estar los entrenamientos (pero sin pararlos) para llegar a Chequia no en punta pero tampoco desafinados y empezar a pensar en que tras la Bohemia habrá que tomarse un, no sé si merecido pero sí seguro necesario, descanso.
Nos vemos en la pisci.
No hay comentarios:
Publicar un comentario