Lo mío no tiene remedio. Apenas ha terminado la última liga española y ya estoy disfrutando imaginándome la siguiente: planificando objetivos, los consecuentes tiempos de entrenamientos, los viajes (desgraciadamente el año que viene gastar poco será una prioridad ineludible); buscando estímulos, ideas cómplices, el camino que me lleve a mejorar. Ilusionado, estoy ilusionado. Lo dicho lo mío no tiene remedio: amo este puto deporte.
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