Al niño se le pincha el globo en el mismo momento en que lo recibe de manos de su padre. Al mismo tiempo que terminan de cantar los siete números que juegas al euromillón desde hace siete años te acuerdas de que esa semana olvidaste echar el boleto. Recibes un correo electrónico que empieza diciendo que  has de trasladarte a Oslo porque el mejor de los Clubes Noruegos de Orientación ha decidido ficharte y que incluso te va pagar un sueldo decente y termina anunciándote que vivirás en un piso compartido con un tal Anders Breivik. Te despiertas de la siesta justo en el momento en el que en tus sueños le estas abriendo la puerta a tu vecina, Irina Shayk, que viene a pedir un poco de asssucar... 

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